Cuadro de Estrés Postraumático (TEPT)
La aparición de un cuadro de Estrés Postraumático (TEPT) obedece a dos tipos de situaciones de acoso que llevan a dos tipos de daños postraumáticos:
- TEPT de Tipo I (Estrés Postraumático tipo I).
El TEPT puede aparecer a consecuencia de una situación puntual e intensa de violencia, intimidación o maltrato especialmente significativa para el niño, en cuyo caso hablamos de una aparición en forma aguda. - TEPT de Tipo II (Estrés Postraumático tipo II).
El TEPT puede aparecer como resultas de una acumulación de incidentes de violencia o acoso aparentemente anodinos o triviales pero que terminan erosionando la resistencia psicológica del individuo y dando lugar a que aparezcan en él este cuadro en forma cronificada.
Un análisis clínico exhaustivo mediante pruebas clínicas específicas que miden estrés postraumático nos permite profundizar en la naturaleza del cuadro postraumático que presenta la víctima.
El síndrome de estrés postraumático explica que los individuos acosados desarrollen una sensación de peligro inminente, una inquietud pervasiva o nerviosismo, y un tipo de ansiedad recurrente e inespecífica con la sensación permanente de que algo terrible les va a ocurrir de manera inminente a ellos o a sus seres queridos.
El individuo acosado desarrolla una hiperreacción a la frustración, o ante estímulos ambientales como son una luz fuerte, una puerta que se cierra repentinamente, ruidos fuertes etc…
El síndrome de estrés postraumático genera una extraordinaria e intensa irritabilidad que la víctima de acoso proyecta de manera inmediata sobre su familia y compañeros de trabajo.
Asimismo provoca un tipo de hipervigilancia que consiste en una enorme desconfianza y suspicacia hacia las intenciones de los demás.
Síntomas nucleares habituales en el TEPT
- Depresión.
- Invasión de visualizaciones recurrentes.
La víctima del acoso experimenta de manera regular la invasión de visualizaciones y recuerdos de las violencias padecidas en el entorno laboral. Las víctimas suelen encontrase soñando despiertas, visualizando estas escenas una y otra vez. - Vivencia de terror.
Se desencadena miedo, terror, ansiedad crónica e incluso ataques de pánico como consecuencia de cualquier asociación consciente o inconsciente con las condiciones del trauma. Muy frecuentemente a la vuelta al entorno laboral tras el fin de semana o tras un período vacacional. El individuo evita de modo constante decir o hacer cualquier cosa que le recuerde el horror del trauma. Llega a no querer hablar del entorno laboral con nadie, ni siquiera con sus familiares. - Deterioro y embotamiento intelectual.
- Fallos en la memoria con la incapacidad para recordar detalles que previamente no revestían dificultad para la víctima.
- Pérdida de la capacidad de concentración.
- Focalización y obsesión.
Focalización de la víctima en el traumatismo padecido y obsesión por él, con exclusión y eclipsamiento de las demás esferas vitales de su actividad. El trauma pasa a ser el tema en torno al cual gira toda su vida. - Aislamiento social e introversión.
El individuo se retrae socialmente, prefiere estar a solas y evita el contacto social. Las situaciones sociales le resultan penosas por tener que “aguantar el tipo” y no poder contener muchas de las manifestaciones de la depresión o la ansiedad.
El aislamiento propio del cuadro termina con la vida social del individuo. - Anhedonia: Incapacidad o dificultades para obtener placer o experimentar alegría. No parece disfrutar de las cosas o situaciones de las que anteriormente a la situación traumática disfrutaba.
- Insensibilidad o Despersonalización.
- Amortiguamiento de la afectividad hacia otras personas o despersonalización en las relaciones con los iguales.
- Dimisión o fallos en el rendimiento.
- Insomnio: Si consigue dormir, el sueño no es reparador. Al levantarse, la víctima se encuentra, según sus palabras, «más cansada que al acostarse». Los sentimientos depresivos empeoran por las mañanas, con la sensación de la víctima de que «la jornada laboral se echa encima como algo insoportable».
- Irritabilidad y sensibilidad a la crítica: El individuo está permanentemente irritado y explota por lo más nimio, especialmente ante estímulos o acontecimientos irrelevantes.
- Hipersensibilidad a la crítica. El individuo percibe de manera inconsciente y exagerada cualquier comentario de sus superiores o compañeros como una crítica hacia ella.
- Hipervigilancia.
Los individuos acosados que presentan daño postraumático se encuentran en permanente situación de evitación, lucha o escape, con lo que su psiquismo funciona como un radar, en alerta permanente al menor estímulo ambiental que pueda resultar nocivo o amenazador.
Los contactos más triviales o neutrales son vividos como amenazantes y ello suele llevarle a la introversión y a refugiarse en su interior.
El síndrome de estrés postraumático constituye el cuadro más severo y con peor pronóstico de cuantos generan las situaciones de acoso laboral y violencia escolar entre las víctimas.
Consecuencias de la cronificación del TEPT
El paso del tiempo sin diagnosticar correctamente este trastorno y sin recibir asistencia para su superación, termina cronificando sus síntomas y dando lugar a la aparición de cambios permanentes en la personalidad de los individuos acosados.
Un individuo acosado cronifica su cuadro postraumático (TEPT) debido a no ser evaluado correctamente y a no haber recibido tratamiento EMDR.
Con el paso del tiempo, la cronificación del TEPT desarrollará en él cambios permanentes en su personalidad que le acompañarán después a lo largo de su vida, y que le harán no más resistente, sino menos resiliente y más vulnerable a ulteriores formas de maltrato (doméstico, social…).
Entre los cambios de la personalidad cabe observar posturas misántropas, pesimistas, suspicaces, desapegadas o cínicas ante la vida, ante sí mismos, ante la sociedad o ante los demás.
Resulta urgente iniciar cuanto antes el tratamiento del TEPT desde el momento en que es evaluada la víctima para evitar su cronificación y la aparición de esas secuelas secundarias.
Nuestro equipo de especialistas dirigidos por el Dr Iñaki Piñuel está especializado en tratar psicológicamente los cuadros postraumáticos que presentan las víctimas de acoso laboral, evitándose que el individuo acosado desarrolle daños colaterales que comprometan su resiliencia y su bienestar emocional a futuro.