Mi primer libro sobre Mobbing, Mobbing, cómo sobrevivir al acoso psicológico en el trabajo. Editorial SAL TERRAE (2001), fue el primer libro en español sobre el tema. Con un catálogo de estrategias que quise escribir especialmente para las víctimas del acoso laboral, finalizaba con un cuento sacado de una obra de la literatura española, El Conde Lucanor.

Uno de sus enxiemplos, en concreto el que contaba “De lo que contesçió a un mançebo que casó con una muger muy fuerte e muy brava” resumía a la perfección el tenor global de lo que debe ser la actitud de las víctimas frente al acoso, es decir no tolerarlo, resistir frente a él, y romper la indefensión anticipándose.

Entendía que aquel cuento, pese a su misoginia evidente, propia de la época medieval en que fue escrito, reflejaba por sí mismo la estrategia preventiva que debe desplegar toda persona que quiera verse libre del mobbing desde una actitud proactiva y no meramente reactiva al acoso.

El final y la moraleja de aquel cuento resume en mi opinión de forma genial lo que yo suelo recomendar a todas las potenciales víctimas de acoso a modo de estrategia preventiva.

En este sentido, es necesario que asuman cuanto antes que en materia de maltrato: “si al principio no muestras quién eres, nunca más podrás aunque quisieres”. O dicho de otro modo, la única forma de detener la espiral del maltrato y hostigamiento psicológico es impedir que ésta comience. Lo cual significa frenarla desde sus primeras manifestaciones.

Una vez se inicia y se despliega, le estrategia de confrontación termina haciéndose crecientemente imposible y conduce a los grados de destrucción variables que observamos entre las víctimas.

Por eso, suelo repetir que cuando un caso de mobbing se ha producido o manifestado, llegamos tarde para intervenir. Por ende en el mobbing no hay victorias sino tan solo diferentes grados de derrota.