En los gurús de la culpabilidad yo hablaba:
Quienes han dimitido interiormente en el trabajo no lo hacen por causa de la esperable frustración propia de expectativas irreales o irrealizables que hubieran tenido anteriormente acerca de lo que un trabajo puede proporcionar a un ser humano. No faltan aquellos que aprovechan para cargar las tintas, una vez más y de manera culpabilizadora, contra las víctimas del mecanismo de la dimisión interior en el trabajo.
Resulta demasiado comprometido para muchos evaluar y tener que abordar y remover las condiciones de un entorno laboral tóxico que producen y hacen aparecer el fenómeno dimisionario interno.
Las causas de la infelicidad actual
En lugar de analizar qué causas individuales, sociales y organizativas conducen a un trabajador a dimitir, estos observadores superficiales y cómodos de la realidad obvian aquellas condiciones laborales que transforman a un ser humano y le convierten en dimisionario. Se agarran al factor individual de la víctima de la dimisión interior para explicar en base a sus propios rasgos el porqué termina desapegándose así.
Una vez más y como resultado del “error fundamental de atribución” que ya hemos identificado tantas veces los victimólogos en todos los problemas que analizamos, vemos como se produce el intento de verificar que son las víctimas las que “algo han hecho o algo son que explica porqué han resultado victimizadas”. Cometer con ellas este “error de atribución” transforma a trabajadores en dimisión interior de víctimas en responsables de su propio mal y por tanto culpables ante la opinión pública.
Es «su propia infelicidad y frustración interior previa«, lo que los transforma en dimisionarios, según estos falsos amigos. Es un «carácter amargado, resentido y victimista» el que, según ellos, transforma el propio trabajo en un infierno.
Un enfoque inadmisible y victimizador el de estos gurús de la culpabilidad.
POSTDATA: Creo que mi buen amigo Borja Vilaseca no ha sabido interpretar correctamente mi posición en torno a los riesgos psicosociales en el trabajo. De mis palabras en su reportaje se deduce lo contrario de lo que realmente pienso en esta materia.